Ley del contraste simultáneo de los colores

La ley del contraste simultáneo de los colores fue enunciada en 1839 por el químico francés Eugène Chevreul. Según él, el color propio de un objeto no existe: depende de los colores que lo rodean. Así, a partir de dos manchas de colores diferentes, el ojo realiza una “mezcla óptica”: los colores distintos son percibidos simultáneamente como una fusión en un nuevo color.

También se entiende por contraste simultáneo el fenómeno según el cual nuestro ojo, para un color dado, exige simultáneamente el color complementario y, si no le es dado, lo produce él mismo. El color complementario engendrado en el ojo del espectador es una impresión coloreada pero no existe en la realidad. No se puede fotografiar. El contraste simultáneo y el contraste sucesivo tienen seguramente el mismo origen. El contraste sucesivo ocurre cuando la percepción de los estímulos que se están viendo es modulada por estímulos vistos previamente.

Hagamos un experimento con estos dibujos producidos por el alumnado de 2º ESO:

  1. Observa durante unos treinta segundos la parte coloreada del dibujo -donde se han plasmado los tonos de la imagen referente, pero invertidos, es decir, complementarios-
  2. A continuación mira la parte acromática -en escala de grises-. Nuestra percepción proyecta sobre ésta los colores complementarios de los observados anteriormente, es decir, los tonos «reales» del referente representado.
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Este dibujo no existe. Se trata de la imagen realizada por Alba del Río, pero invertida con medios informáticos. Podéis comprobar el acierto de los colores complementarios utilizados en el dibujo original, publicado más arriba.

¡Enhorabuena por vuestros trabajos!