Visita de 4ºESO a «Una retrospectiva. 22 años de la sala Juana Francés»

El viernes 12 de abril, los alumnos de 4º de ESO y quien escribe este artículo tuvimos la posibilidad de visitar la exposición “Una retrospectiva. 22 años de la sala Juana Francés”, que repasa la trayectoria de este espacio expositivo, referente local del arte contemporáneo situado en la Casa de la Mujer del Ayuntamiento de Zaragoza (C/D. Juan de Aragón, 2). Lo hicimos de la mano de la comisaria de la muestra, Paula Gonzalo Les. Tal y como ella nos contó, “desde que abrió sus puertas en 1990, este espacio expositivo ha centrado sus esfuerzos en visibilizar a las artistas aragonesas, apoyar a las noveles y presentar la obra de artistas varones comprometidos con el género y la identidad. Motor de la cultura aragonesa, ha acogido proyectos artísticos de máxima actualidad en el panorama español, que han acercado a la ciudad de Zaragoza el arte contemporáneo del máximo nivel”.

Al estupor inicial debido a la presencia de un “visitante” anómalo subido a la obra de Lina Vila (un enorme saltamontes que hizo gritar a más de uno) le sucedió una amena charla donde pudimos compartir nuestras reflexiones en torno a las obras expuestas. Paula nos contextualizó la exposición en el marco de la Casa de la Mujer y en el festival nacional al que pertenece, II Festival Miradas de Mujeres. En seguida dio paso al intercambio de pareceres y nos confrontó con la presencia directa de las piezas. “¿Qué veis aquí?”, “¿cómo puede una imagen estar hablando de un recuerdo?”… Aquellos mensajes aparentemente crípticos fueron desplegándose ante nuestras miradas y haciéndose más y más legibles. El alumnado se animó a participar. Paula y yo quedamos asombrados ante la perspicacia de algunos comentarios que veían en las obras la denuncia de la violencia de género, identidades construídas, ecos de Goya, representaciones del recuerdo, evocaciones de la memoria perdida, fragilidades, nuevos roles, alienaciones, dramas cotidianos y un largo etcétera de sensaciones puras y viscerales proporcionadas por la meditada contemplación (a menudo nos gustaría que los críticos de nuestros medios de comunicación se hicieran eco de este tipo de sensaciones de un modo tan directo y profundo). Verdaderamente los alumnos y alumnas de 4º se dejaron tocar vivamente por las historias colgadas de la pared -o esparcidas por el suelo-, ofrecieron sus impresiones y “activaron” el sentido de esas creaciones con sus miradas. Incluso explicaron por sí mismos alguna obra concreta ofreciéndonos enfoques insólitos.

   Al salir comentábamos lo interesante de la visita; “es la exposición que más me ha gustado”; “una visión muy inteligente”; “y pensar que nos queríamos quedar en clase”; “toca temas muy de la calle”…

   Aquella visita otorgó un gran sentido al trabajo de los y las artistas y del comisariado, en palabras de nuestra guía. Además vivimos la mejor experiencia que nos proporciona el arte: admirar nuestro mundo interior y reflexionar desde las sensaciones para regresar a lo cotidiano un poco más conscientes, más vivos.

Javier Joven

La crónica según Andrea Burgaz Moreno:

El pasado viernes 12 los alumnos de dibujo artístico de 4º de ESO tuvimos excursión a la Sala Juana Francés. A principio de plantearnos la excursión nuestro profesor, no nos llamó mucho la atención esta salida, simplemente dijimos cosas tipo: “¡que bien! perdemos 3h de clase.” O  “viernes tranquilito con tres horas menos” y cosas por el estilo. Pero una vez allí nos presentaron a Paula, la “guía” de esta exposición, por llamarle de algún modo. Con un par de palabras, Paula consiguió captar  nuestra atención. Lo que parecía una aburrida salida a ver cuadros, en mi opinión Paula la hizo mucho más amena, ya que la manera de explicar cada obra,  anécdotas de cada una de ellas, el utilizar un  vocabulario coloquial -el cual todos entendíamos y nos llamaba mucho la atención- … hizo que todos prestásemos atención e incluso nos conmoviera por dentro con alguna de las historias de los cuadros. Al final esta salida creo que a todos nos gustó, ya no sólo por perder clases, sino porque pudimos experimentar experiencias que normalmente no  hacemos y además de manera divertida, también expresar nosotros mismos lo que veíamos en cada cuadro y saber un poco más sobre la historia de la mujer, lo importante que es y la importancia que tiene ese establecimiento público en nuestra ciudad.